jueves, 27 de noviembre de 2014

Feyenoord 2 - 0 Sevilla. Todo mal.

Crónica Feyenoord - Sevilla

El Sevilla cae en Rotterdam en un mal partido, eclipsado en gran parte por el lamentable trato a los sevillistas desplazados.


          Lo que mal empieza peor acaba. Llegaba el Sevilla a Holanda con la mosca detrás de la oreja debido a una previa del partido manchada con la manera de tratar a los aficionados sevillistas desplazados a Rotterdam, los cuales no han podido asistir al partido aun teniendo entradas para ello. No sólo eso, sino que se les ha tenido retenidos durante todo el encuentro sin explicación ni motivo alguno.

          En cuanto a lo deportivo se refiere (aunque en días como hoy lo deportivo importa poco), no estuvo bien el Sevilla, salió tímido, al igual que el Feyenoord, el esférico rodaba de un campo a otro sin acercarse a ninguna de las áreas, el juego era espeso, trabado. El único acercamiento peligroso de la primera parte lo tuvo el conjunto local cuando ya las cabezas de los jugadores estaban pensando en ir tirando para el túnel de vestuarios a resguardarse de la fría tarde holandesa. Un resbalón en el peor momento posible de Carriço estuvo apunto de propiciar que el balón acabase en las redes de Sergio Rico (hoy titular), pero Coke lo evitó.

          Se llegó a la segunda parte de este hastiado encuentro y muy pronto comenzaron las decisiones polémicas del colegiado en contra del Sevilla. Nada más comenzar, Aspas sufrió una falta clarísima al borde del área que el árbitro Slacko Vincic no quiso ver.

          Y cuando ninguno de los dos lo merecía, a los 10 minutos del segundo periodo, en un contragolpe algo rocambolesco del Feyenoord llegó el gol de Toornstra, que tan sólo tuvo que empujar a la red un pase de Boëtius tras una gran maniobra de éste dentro del área.

           El conjunto de Unai despertó, y viene siendo ya costumbre que este Sevilla abra los ojos y espabile cuando va detrás en el marcador. Bacca y Deulofeu entraron al campo y en tan solo un par de minutos el colombiano dispuso de una ocasión excelente para plantarse delante del portero, pero su control con la rodilla se le fue demasiado largo. Más tarde llegó otra acción polémica del árbitro del encuentro, cuando Nelom propició una patada a Deulofeu que bien podía haber sido tarjeta roja, o como mínimo naranja, como se suele decir. Por último, el enésimo atraco de la tarde. Sacó el Sevilla una falta lateral intentando vencer de una vez por todas a balón parado la adelantadísima defensa holandesa, esta vez lo consiguieron, Mbia remató a la red, todos los sevillistas (menos los que estaban retenidos por la policía ajenos al espectáculo) volvieron a gritar una vez más el nombre del jugador camerunés que tantas alegrías les ha dado en los últimos meses. Pero no, el asistente anuló el gol por fuera de juego, un fuera de juego que no existía ni por asomo.

           El Feyenoord se repuso, empezó a eclipsar el peligro del Sevilla y supo jugar unos últimos minutos de partido muy eficientes para no pasar más apuros, eso si, ayudados por el conjunto hispalense que desde ese gol robado no volvió a dar pie con bola. Cuando el 90 se acercaba llegó el mazazo, la puntilla, El Ahmadi empalmó un balón en la frontal del área que rebaso por arriba a un Sergio Rico algo adelantado, aunque poca culpa tiene el guardameta sevillano de lo acaecido hoy en el verde de Rotterdam.

          El Sevilla se complica la clasificación y tendrá que jugarse el todo por el todo ante el Rijeka. Nervión decidirá, y no sólo en ese encuentro, pronto llega el Granada al Sánchez-Pizjuán, en 3 días, y el público sevillista tendrá la ocasión de exponer su descontento, un descontento que probablemente irá más dirigido a los directivos que a los jugadores.

           En definitiva, día para olvidar para todo el sevillismo, aunque esos famosos 110 aficionados que han pasado horas alejados del club de sus amores cuando tantos kilómetros habían recorrido seguro que no olvidarán tan fácilmente.

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